
Camino por las veredas manchadas de vómito y basura; las mujeres miran todavía preocupadas con faz desteñida, descompuesta por el tejer del tiempo sin cambio.
Miserables negocios familiares amontonados con carteles mal pintados y alterados por las sofocantes lluvias, una postal de mi infancia llega a mi cabeza, pero sigo caminando, pensando de qué manera sobrevive esta gente anclada en el pasado.
Alambres metálicos rotos protegen celosamente los galpones oxidados, que apretan con toda fuerza y no quieren soltar el tesoro clandestino, el secreto hermético del pueblo, la razón para subsistir, el templo de los olvidados.
Y miro perplejo...ya intercambiamos la materia prima de nuestros sueños, las fotos de nuestros recuerdos, lo dulce de nuestros sentidos. Compartimos la adicción más humana y radical, el amor a la sangre, a la vida y a la muerte eterna...
Foto: Simiane La Rotonde- Henri Cratier Bresson
1 comentario:
quedo re bien!!!
muy genio Bresson..
besos pechocho
te quiero
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