miércoles, 19 de septiembre de 2007



Nueva es la época y nuevos son los miedos, esta vez devoradores de toda integridad lograda por la apacible estabilidad.
Nuevo, no existe lo nuevo, solo es un ciclo que vuelve a comenzar, y tal insatisfacción de volver a lo nuevo, vieja experimentación, es totalmente sensata, pero sigue siendo insatisfactoria, porque las dudas siguen, el odio vuelve a gestarse, las salidas se limitan, limitan, todo se limita, un limite entre lo mundano y lo putrefacto, y por sobretodo, las ganas de destruir están ahí esperando nuevamente, para mover la rueda de la evolución humana.

Ahora los miedos están mas aferrados a mis entrañas, mas manipuladores de mis pensamientos y más degenerativos de mis células. Mi esperanza crece inconteniblemente, como el río que amenaza con desamparar a gente débil, dócil e incapaz de hacer otra cosa mas que tener mas esperanza, de protegerse y salvar sus insignificantes bienes.

Todo un mecanismo, un proyecto de sincronización absoluta, una parafernalia descomunal, una lógica perfecta y cuadrada, el mayor logro y la mayor catástrofe del hombre, crear y adaptarse. Así estoy atravesado por las vigas de la consistencia, miro a través de vidrios de lo contemporáneo, y sigo encerrado entre las paredes del miedo…después de haberte esperado…

Y te sigo esperando...

(IMAGEN A LA IZQUIERDA Y ARRIBA, Miro hacia el pasado y soy delirante)

lunes, 10 de septiembre de 2007


Camino por las veredas manchadas de vómito y basura; las mujeres miran todavía preocupadas con faz desteñida, descompuesta por el tejer del tiempo sin cambio.
Miserables negocios familiares amontonados con carteles mal pintados y alterados por las sofocantes lluvias, una postal de mi infancia llega a mi cabeza, pero sigo caminando, pensando de qué manera sobrevive esta gente anclada en el pasado.
Alambres metálicos rotos protegen celosamente los galpones oxidados, que apretan con toda fuerza y no quieren soltar el tesoro clandestino, el secreto hermético del pueblo, la razón para subsistir, el templo de los olvidados.

Y miro perplejo...ya intercambiamos la materia prima de nuestros sueños, las fotos de nuestros recuerdos, lo dulce de nuestros sentidos. Compartimos la adicción más humana y radical, el amor a la sangre, a la vida y a la muerte eterna...

Foto: Simiane La Rotonde- Henri Cratier Bresson

sábado, 1 de septiembre de 2007

Para que veas que no soy hacker :P



TE QUIERO, TE QUIERO, TE QUIERO