martes, 1 de septiembre de 2009

Muerte

Vivi noches interminables,
Hasta que vos pudiste escucharme.
Refugiado en mi cuarto nevado,
Fui victima de un corazon siempre apagado.

Tu llamada es compromiso, no se puede negar.
Decidi que de vos me tenia que alejar.
La noche fue vino y la luna una copa,
Cuando mis sentidos se enamoraron de otra boca.

Con ella me quede y por ella cambie,
Aunque admito que segui pensando,
En tenerte un instante y dormir a tu lado,
No me culpes, solo quise sentirme amado.

Durante esos meses crei recuperar,
Esa fuerza por la que siempre supe luchar.
Me obsecione con ella, crei que eramos,
Algo mas bello, por siempre duradero.

Ahora prisionero en mi propia mascara,
Se quiebran sangrantes las paredes del alma.
Mis ojos gritan por verte ya,
Mi cuerpo vuela, sueña en paz...