lunes, 20 de agosto de 2007



No es fácil decirle adiós a todos tus recuerdos, a tu infancia, a tu adolescencia. Como la concepción de todo lo espiritual se hace a partir de algo material, yo gran parte de mi espíritu lo asocio con el lugar donde viví hasta hoy. El espacio en donde fui yo mismo, la mitad de tu vida, el rol de interactuar con los que son de los tuyos.
Por sobretodo es el lugar donde uno se forma, y todo lo que eso implica, descargar presión en los momentos de tensión, asimilar en un principio lo que recibe de los padres, y después lo que aprende de afuera, momentos de aprendizaje; los de alegría son infaltables, de exaltación, de planear lo nuevo con ímpetu, de pensar en el futuro, en la vida, y en el amor. Ni hablar de la integración de los amigos a la privacidad, fusionar esas dos partes al antojo, reflexionar sobre todo lo acontecido, las fiestas, escuchar música (mi alma)y Zapar con Guido, tomar mate con Sole, Tener sexo con Sole y con Sabri simultaneamente :P jajaj.

Cerrando...imposible olvidar todo esto, y como uno no puede olvidarse de su pasado, lo recuerda melancólicamente.

Espero que el cambio sea rápido,aunque va a ser difícil dejar vestigios de uno, me voy de casa…

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