sábado, 5 de enero de 2008

2 años y medio


Es la explicación que yo le doy, a la energía que me falta, a mi pereza, a una tarde sin ocaso, a la idea del vacío sin un todo. Por que será que no se puede, que se tenga que argumentar que es imposible para explicarlo de alguna forma. Y no puedo…

Mi mano siente un hueco, una falla, un lugar donde se dificulta el amalgamamiento y las texturas quedan imperfectas. Es un abismo que lleva al momento a una situación predeterminada, una situación tensa e incomoda, irremediables sus efectos, irremediable ella, esa es su explicación. Y a pesar del tiempo que pase y los recuerdos que nos sostengan como columnas, estamos expuestos a ese pozo, que quiebra cualquier ladrillo y resguarda cualquier salida, esperando el momento del derrumbe.

Así nos hundimos… siempre volvemos…

Al parecer hay hechos que nos impulsan a la soledad mutua, hechos, son los factores externos, y también nuestra naturaleza, cosas homogéneas dentro de nuestras ambigüedades que nos devuelven al borde.

Es así, no voy a decirte cuanto te odio, porque también es culpa mía, aunque realmente te odie, y vos no te des cuenta; pero quien dice (ansiando la muerte para volver a la vida), quizás tengamos suerte y algún día quememos todo vestigio, limpiemos nuestras manchas, olvidemos de donde vinimos, pongamos un océano de por medio y no nos escuchemos nunca más.

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